Desde hace miles de años que existe la práctica del Feng Shui. Esta es una arte china que busca, por medio de la armonización de los espacios físicos, crear un flujo de energía positiva y equilibrada. ¿Su objetivo? Promover el bienestar y la prosperidad.
Se centra en el flujo de la energía, llamada «chi», la cual afecta directamente a las personas que viven en ese espacio. Además, considera importante aspectos como la ubicación, los colores, los materiales e incluso las posiciones de los objetos dentro de una habitación.
Algunos de sus aspectos básicos son la mantención del orden y la limpieza, ideales para permitir que el chi fluya libremente. Por otro lado, toma en cuenta elementos de la naturaleza como el fuego, la madera, la tierra, el agua y el metal en las decoraciones. Los colores son otro punto importante, ya que algunos evocan emociones negativas y hay que evitarlos.
Así se debe usar el laurel, según el Feng Shui
La planta del laurel es usada por muchos en la gastronomía como especia aromática para distintas sopas, pastas, guisos o carnes. Pero para el Feng Shui, esta planta constituye un significado milenario de triunfo y bienestar.
Bajo esa línea, esta técnica milenaria recomienda colocar hojas frescas o secas en espacios muy estratégicos. Son zonas ligadas a la riqueza, la protección y el ingreso de la energía.
La primera recomendación es colocar una hoja de laurel en la entrada principal del hogar, ya que ayuda a atraer energías positivas al espacio. Para potenciar la riqueza, se sugiere ubicar otra hoja en el sector sureste de la casa (asociado con la riqueza); en este caso, podrías usar una brújula para encontrar la dirección correcta.
Además, si tienes un escritorio o zona de trabajo, el laurel favorecerá la claridad mental y estimulará la generación de ideas. Por último, llevar una hoja en la billetera o en el porta documentos fortalecerá la conexión con la abundancia y puede atraer prosperidad económica.
Si deseas potenciar los beneficios del laurel, puedes escribir una de tus metas en una hoja y guardarla en un frasco rojo. Con eso combinas la intención del color con la energía de la planta.