Por años la creatividad fue considerada el sello más humano de todos: esa chispa única capaz de inventar un cuadro, escribir una novela o diseñar una solución inesperada. Sin embargo, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) desafía esa frontera. Hoy vemos algoritmos capaces de escribir artículos en segundos, ilustrar un afiche publicitario o hasta componer música que podría sonar en la radio. La pregunta, entonces, deja de ser ciencia ficción: ¿puede una máquina ser más creativa que tú?
Una herramienta cotidiana para estudiantes y trabajadores
Lo que parecía lejano ya es parte de la rutina diaria. Estudiantes universitarios utilizan la IA para estructurar ensayos, organizar estudios o generar presentaciones. En el mundo laboral, profesionales del marketing, la arquitectura y la ingeniería recurren a estas herramientas para diseñar prototipos, redactar informes o analizar datos complejos.
Según un estudio de la consultora McKinsey (2024), más del 40% de los trabajadores de oficina a nivel mundial ya integra la IA en su trabajo diario. Y en educación, la UNESCO reporta que más del 70% de las universidades en América Latina la está incorporando en sus programas académicos.
La IA dejó de ser un lujo para transformarse en un aliado transversal.
La visión desde Duoc UC
En Chile, el director de la carrera de Informática y Telecomunicaciones de Duoc UC Maipú, Nelson Álvarez, es claro en su diagnóstico:
“Una IA puede ser más creativa que yo, considerando que puede generar contenido a partir de lo que uno le vaya pidiendo”.
Para él, la clave está en entender cómo operan estas tecnologías. “Una IA permite procesar instrucciones en lenguaje natural o humano, procesarlo computacionalmente y devolver una respuesta también en lenguaje natural, imágenes o video”, explica, subrayando la manera en que estas herramientas facilitan la vida tanto a estudiantes como a profesionales.
El director enfatiza, además, que la discusión no es solo técnica, sino conceptual: “Si consideramos la creatividad en términos de generación de contenidos, sí es posible. Ahora, si la entendemos como la capacidad de hacer nuevas cosas, hay discrepancias, sobre todo en aquellos que opinan que la IA solo se limita a entregar información en base a cómo ha sido entrenada”.
Aliada, no amenaza
Lejos de ser un enemigo que viene a reemplazarnos, la inteligencia artificial se ha transformado en un apoyo. Estudiantes la usan para organizar ideas, redactar borradores o simular proyectos. En el mundo laboral, es la llave para avanzar con rapidez en informes, propuestas creativas o procesos de innovación.
“En mi opinión, la IA necesita ‘disparadores’ o alguien que le solicite que haga cosas para poder crear, por lo que pasa a ser un complemento más que un sustituto del proceso creativo”, puntualiza el académico de Duoc UC.
A nivel internacional, artistas y especialistas han cuestionado si la IA realmente “crea” o simplemente reorganiza lo aprendido. La respuesta más aceptada es que la chispa inicial sigue siendo humana: la máquina carece de intención, emoción y propósito.
Por eso, más que una amenaza, la IA debe entenderse como un amplificador de la creatividad, capaz de potenciar las ideas y multiplicar los resultados cuando se usa de la mano con el ingenio humano.
“La IA pasa a ser un complemento, un aliado del proceso creativo, siempre que entendamos que necesita de alguien que le indique hacia dónde ir”, insiste el académico de Duoc UC.
El futuro inmediato
Las universidades ya están preparando a sus estudiantes para convivir con estas tecnologías, mientras que las empresas buscan profesionales capaces de usarlas de forma ética y eficiente. El desafío no está en competir con la máquina, sino en aprender a trabajar junto a ella.
Porque la pregunta no es solo si la IA puede ser más creativa que tú, sino si estás preparado para aprovecharla como tu mejor aliada. La chispa seguirá siendo humana, pero ahora tiene a su lado un socio incansable, veloz y capaz de multiplicar las ideas.
Quizás, en realidad, la creatividad del futuro no consista en preguntarse quién es más creativo, sino en atreverse a crear juntos: la inteligencia humana y la artificial.
Por: Valentina Jerez Selman, jefa de Comunicaciones Duoc UC Maipú.